Con la muerte de Eusebio Poncela se marcha uno de los últimos del cine español de culto a finales de los 70 y primeros 80, cuando el celuloide era aún salvaje. Aunque su trayectoria ha sido larga y fructífera, con éxitos tanto en el cine internacional como en series de televisión, son sus primeras películas las que le convirtieron en una leyenda de la interpretación. Sobre todo ‘Arrebato’ (1979), de Iván Zulueta, hito del cine experimental. Y ya en los 80 ‘Matador’ y ‘La ley del deseo’, de lo mejor de Pedro Almodóvar.
Poncela llevaba alrededor de un año luchando contra un cáncer que, finalmente, no ha podido superar. Falleció en su casa de El Escorial, lejos del barrio de Vallecas donde nació en 1945. Siempre recordó a su padre, un socialista que luchó en el bando perdedor, como un hombre bueno. Él, sin embargo, solo podía pensar en hacer trastadas (le expulsaron de ocho colegios) y en ser actor. Lo consiguió y, en los últimos tiempos, se dedicó también a la pintura.
El fuerte de Eusebio Poncela siempre fue la densidad psicológica de personajes al filo, ambiguos en su sexualidad, esquivos en su verdad y tantas veces embarcados en excesos. Así era su personaje de debut en el cine, en la cinta de Eloy de la Iglesia ‘La semana del asesino’ o en las obras de teatro con las que pisó por primera vez las tablas, firmadas por Jean Genet o Heiner Müller. Lo mismo puede decirse de Dante, su inolvidable personaje en ‘Martín (Hache) (1997), del argentino Adolfo Aristarain.
El fallecido Eusebio Poncela, en una imagen de archivo.
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En aquella película argentina, Poncela pronunció uno de los diálogos más citados de la década. Hubiera sido viral de contar entonces con las redes sociales. Esto le decía a ‘Hache’, interpretado por Juan Diego Botto, cuando le preguntaba por su orientación sexual: «Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer, poseer, dominar, admirar… La mente, Hache, yo hago el amor con las mentes. ¡Hay que follarse a las mentes!».
Del mito televisivo a actor de culto en España
A lo largo de la década de los 80, Eusebio Poncela se convirtió en uno de los actores más populares del panorama español, gracias en parte a su papel de Carlos Deza en ‘Los gozos y las sombras’, adaptación de la obra literaria de Gonzalo Torrente Ballester con Charo López, Amparo Rivelles y Carlos Larrañaga en los demás papeles principales. Fue uno de los éxitos incontestables de Televisión española. Su carrera al alza se vio afectada, sin embargo, por su adicción a las drogas. De hecho, el rodaje de la película de Aristarain en Argentina coincidió con su desintoxicación.
Eusebio Poncela en la alfombra roja de la 30.ª edición de los Premios Goya celebrados en 2016.
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Su leyenda no hizo más que aumentar durante el cambio de siglo y hasta hoy, aunque sus apariciones en el cine disminuyeron. Trabajó en la primera película de Juan Carlos Fresnadillo, ‘Intacto’ (2001), con un papel que le mereció una nominación al premio Goya.
Recibió el Premio Nacho Martínez en el Festival Internacional de Cine de Gijón (2004) por su trayectoria. También fue distinguido con el Premio Especial Sant Jordi de Cinematografía (2017) por toda su carrera y con el Premio Iris al Mejor Actor en televisión por su trabajo en ‘Carlos, Rey Emperador’ (2016).
