Tesla suma un nuevo frente abierto: se han realizado pruebas de seguridad frente a atropellos con el sistema Autopilot y los resultados fueron nefastos.
Si ayer hablábamos de la demanda de unos 10.000 conductores australianos contra Tesla por cuestiones de autonomía de sus coches y un problema de frenadas repentinas, el conocido como “frenada fantasma”, hoy te traemos un nuevo problema al que se enfrenta la compañía de Elon Musk: la ineficacia de su sistema Autopilot en escenarios de seguridad frente a atropellos.
Es cierto que todo lo que sucede en Tesla tiene su efecto alrededor. Muchos son los que analizan con lupa cada movimiento que hace el fabricante de coches eléctricos, y esto lleva a gente voluntaria a hacer pruebas para tratar de medir cuán buenos son los vehículos que vende la marca, ya sea en rendimiento o en tecnología.
El sistema Autopilot, de nuevo en el foco de atención
Y en el foco del huracán ha estado, durante la última década, el famoso sistema Autopilot. La tecnología Full Self-Driving (FSD) ha estado rodeada siempre de controversia. Primero, porque Tesla lo vendía inicialmente como un sistema de conducción autónoma. Y segundo, porque a pesar de retirar esa afirmación, el sistema no ha terminado de funcionar como se esperaba.
Las pruebas así lo demuestran. Muchos han sido los accidentes que se han registrado en coches de la marca con el sistema Autopilot como principal responsable. Por tanto, hay muchos detractores de esta tecnología que no dudan en poner a prueba todas y cada una de las actualizaciones que la marca hace en búsqueda de su mejor versión.
Los colectivos The Dawn Project y Tesla Takedown decidieron llevar a cabo un pequeño experimento en el que ponían a prueba al sistema FSD de la compañía. Para ello, plantearon un escenario que involucra un autobús escolar parado y unos maniquíes que emulan a niños pequeños que cruzan la carretera sin mirar. El resultado no ha podido ser peor.
El coche empleado para este experimento ha sido un Tesla Model Y Juniper, es decir, la nueva versión del SUV eléctrico que se presentó a principios de año como un restyling de mitad de ciclo de vida. Introduce las últimas novedades de la maca y la versión 13.2.9 del sistema FSD. Sin embargo, no actuó según lo esperado en una situación de peligro como la que plantearon.
Una prueba que no obtuvo buenos resultados
Los voluntarios situaron un grupo de maniquíes detrás de un Tesla Model 3 aparcado en una calle. Al otro lado, un autobús escolar detenido con señales activadas que indican que menores están bajando del vehículo y que esto puede provocar una situación de peligro.
Mientras el Model Y circula en modo autónomo a 32 km/h, uno de los participantes hacía cruzar a un maniquí tirando de una cuerda antes de que llegara el SUV. En todos y cada uno de los ocho intentos, el coche no se detuvo ni tampoco emitió alertas ni avisó al conductor de que debía actuar para evitar el impacto.
Tesla ha explicado en más de una ocasión que esta tecnología no debe interpretarse como un sistema de conducción autónoma total. Por eso, avisa de que siempre se debe utilizar bajo la supervisión del conductor, que en todo momento tiene que mantener las manos sobre el volante.
A pesar de todo esto, los organizadores de este experimento califican la situación como “críticamente peligrosa”, señalando también que “Full Self-Driving atropelló al maniquí infantil mientras pasaba ilegalmente junto al autobús escolar en todos los intentos”.
Más problemas para Tesla y Elon Musk
Estos resultados han puesto en duda la eficacia del sistema Autopilot de Tesla, especialmente después de que Elon Musk haya alardeado de que esta tecnología será la base sobre la cual se construirán los Tesla Cybercab, unos taxis autónomos que la marca presentó hace unos meses y que, según el fabricante, “salvarán vidas, muchas vidas”.
Hoy por hoy, esta afirmación parece estar lejos de ser una realidad. De hecho, la tecnología de Tesla se situaría un paso por detrás de otros sistemas que sí están demostrando tener un gran desempeño, como pueden se los robotaxis atuónomos de la compañía Waymo que llevan años operando en ciudades como San Francisco.
Mientras tanto, Tesla suma un nuevo frente abierto que se une a la demanda antes mencionada y una caída importante en las ventas consecuencia de la aventura en política de Elon Musk, un viaje que ha terminado de la peor manera, enemistándose con el hombre que meses atrás ayudó a llegar de nuevo a la Casa Blanca, Donald Trump. La situación debería ser cuanto menos tensa en el cuartel general de la marca norteamericana.
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Etiquetas: Tecnología, Elon Musk