El éxito educativo japonés, explicado por la Universidad de Stanford

El sistema educativo de Japón se considera un referente a tenor de los logros académicos que han demostrado sus estudiantes a lo largo de los años. De hecho, el último Informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) de la OCDE corrobora que los japoneses vuelven a ocupar los puestos más altos en cuanto a comprensión lectora, matemáticas y ciencias. ¿Pero a qué se debe el éxito de Japón en este ámbito?

Según un estudio realizado en 2005 por la Universidad de Stanford (EE UU), el éxito académico de Japón se explica por una combinación de factores intrínsecos y extrínsecos que han moldeado su sistema educativo a lo largo del tiempo. Los expertos coinciden en que desde la infancia hasta la educación superior, Japón ha cultivado un entorno que valora la educación y fomenta la dedicación al aprendizaje.

“El mayor logro educativo de Japón es la educación básica de alta calidad que recibe la mayoría de los jóvenes cuando terminan la enseñanza secundaria. Aunque las puntuaciones han descendido ligeramente en los últimos años, los estudiantes japoneses se sitúan sistemáticamente entre los líderes mundiales en las pruebas internacionales de matemáticas”, anotaban desde la Universidad de Stanford.

Los datos actuales respaldan estas conclusiones. Las estadísticas más recientes indican que “más del 95 % de los japoneses saben leer y escribir, lo que resulta especialmente impresionante dado que la lengua japonesa es una de las más difíciles de leer y escribir del mundo”, en palabras de los facultativos.

En particular, la enseñanza de la lengua japonesa recibe más atención en las escuelas japonesas que la enseñanza del primer idioma en otros países debido a la dificultad de aprender japonés escrito. Asimismo, en la actualidad, más del 95 % de los estudiantes japoneses de secundaria se gradúan frente al 89 % de los estadounidenses”, ejemplificaban.

Uno de los aspectos más destacados del sistema educativo nipón es su enfoque en la disciplina y la responsabilidad desde una edad temprana. Los estudiantes japoneses son inculcados con valores de trabajo duro, perseverancia y respeto hacia los maestros y compañeros de clase desde el primer día de escuela.

“Los japoneses creen que las escuelas no sólo deben enseñar habilidades académicas, sino también buenos rasgos de conducta”, apuntan desde la mencionada universidad estadounidense. Por ejemplo, “todos los alumnos y profesores japoneses limpian los edificios escolares cada semana”, afirmaban.

Asimismo, “los profesores exhortan constantemente a los alumnos japoneses a poner en práctica rasgos sociales ampliamente admirados, como esforzarse intensamente en cualquier tarea o responder a los saludos de los profesores de forma animada”, indicaban.

El hecho de hacer hincapié en la disciplina – algo arraigado en la idiosincrasia del país- y la ética de trabajo ha sido fundamental para el éxito académico de Japón, ya que prepara a los estudiantes para enfrentar desafíos y perseverar en su búsqueda del conocimiento.

Al mismo tiempo, el sistema educativo japonés se caracteriza por su enfoque en la excelencia académica y la competencia en materias como las matemáticas, las ciencias y la lengua japonesa. Los estándares educativos son altos y los estudiantes son motivados constantemente a superar sus límites y alcanzar su máximo potencial.

Precisamente, este énfasis en la calidad y el rendimiento académico ha llevado a que los estudiantes japoneses destaquen en pruebas internacionales y obtengan resultados sobresalientes en áreas clave del conocimiento, tal y como refleja el último informe PISA.

Un aspecto único del sistema educativo japonés sigue siendo su énfasis en la educación moral y cívica. Y es que, los estudiantes no solo aprenden conceptos académicos, sino que también se les enseña valores éticos y morales que son fundamentales para una sociedad cohesionada y armoniosa. Esta combinación de educación académica y moral ha contribuido al desarrollo de ciudadanos responsables y éticos que contribuyen positivamente a la sociedad japonesa.

Otro factor importante es el fuerte apoyo y compromiso de los padres y la comunidad en la educación de los niños. Desde muy pronto, los padres japoneses participan activamente en la educación de sus hijos, brindándoles el apoyo emocional y académico que necesitan para tener éxito en la escuela y en la vida. Además, la comunidad japonesa en su conjunto valora la educación y reconoce su importancia para el futuro de la nación.

No todo es perfecto

Sin embargo, a pesar de sus numerosos logros, el sistema educativo japonés también enfrenta desafíos y críticas. Algunos expertos señalan que el énfasis excesivo en la competencia académica puede generar estrés y ansiedad en los estudiantes, lo que a su vez puede afectar su bienestar emocional y su salud mental. Por otro lado, la presión para tener éxito en los exámenes de ingreso a las universidades puede ser abrumadora para muchos estudiantes, lo que lleva a altas tasas de estrés y agotamiento.

Por otra parte, las universidades públicas no suelen gozar de mucho prestigio. Según el compendio de la Universidad de Stanford, la educación superior se considera “el componente más débil” del sistema educativo nipón.

“Muchos estudiantes japoneses han considerado tradicionalmente que su tiempo en la universidad era más social que académico y, por lo general, los profesores exigen relativamente poco a sus alumnos. Hasta hace poco, la educación de posgrado en Japón estaba poco desarrollada en comparación con Europa y Estados Unidos”, sostienen.

De otro lado, los resultados no siempre han llevado a este país a lo más alto del Informe PISA. En los últimos años se había observado un notable descenso. En 2018, los resultados obtenidos en comprensión lectora por los alumnos de este país asiático lo colocaban en el puesto decimoquinto (el más bajo de su historia), mientras que en ciencias y matemáticas ocupaban el quinto y sexto lugar, respectivamente.

Ahora, sin embargo, han conseguido remontar y escalar de nuevo hasta los primeros puestos. En la presente edición han logrado ascender hasta la tercera posición en lectura, mientras que han subido hasta el segundo y quinto puesto en ciencias y matemáticas. Estos resultados revelan por tanto que Japón ha recuperado uno de los mejores niveles de todo el mundo.

En respuesta a los desafíos, el gobierno japonés ha implementado una serie de reformas destinadas a mejorar el bienestar de los estudiantes y promover un enfoque más equilibrado en la educación. Estas reformas incluyen la implementación de programas de apoyo emocional y consejería en las escuelas, así como cambios en el sistema de evaluación para reducir la presión sobre los estudiantes, entre otras medidas.

Referencia: