El BYD F3DM fue el primer PHEV del mundo, lanzado en 2006, cuando era una tecnología completamente desconocida. Tenía 170 CV y una autonomía eléctrica suficiente para conseguir hoy la etiqueta CERO de la DGT.
Todo el mundo (o casi) recuerda cuál fue el primer coche híbrido que se lanzó al mercado, el Toyota Prius. Pero, seguramente, muy pocos sepan cuál fue el primer PHEV del mundo. Ese honor le corresponde a un coche chino, el BYD F3DM.
Fue en el lejano 2006 cuando debutó el F3DM. En aquel entonces, BYD apenas contaba con tres años de vida como fabricante de automóviles. Antes, desde 1995, construía baterías recargables para los teléfonos móviles. De ahí la experiencia de la marca en el sector de las baterías, siendo el segundo fabricante a nivel mundial, tras SAIC.
El BYD F3DM fue el primer modelo que la marca china comercializó en España a partir de 2011, unos años más tarde de su lanzamiento mundial, y ya equipaba una tecnología en la que, una década después, sería referente.
El primer PHEV del mundo era una berlina de cuatro puertas con un diseño clásico y dimensiones normales. Medía 4,53 metros de largo, 1,70 metros de ancho y 1,52 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,60 metros.
BYD F3DM, así era el primer PHEV del mundo
El primer híbrido enchufable contaba con un sistema de propulsión compuesto por un motor de gasolina de tres cilindros y 1.0 litros con 68 CV, y dos motores eléctricos, uno de 68 CV para mover las ruedas y otro de 34 CV para generar corriente eléctrica.
El sistema entregaba en total una potencia de 170 CV enviados a las ruedas delanteras a través de una transmisión automática de múltiples relaciones.
La batería era de iones de litio y tenía una capacidad de 15 kWh, ubicada bajo el piso del coche. Le proporcionaba una autonomía de 60 kilómetros, aunque este registro se medía con el viejo ciclo de homologación NEDC, mucho menos exigente que el actual WLTP.
En cualquier caso, este valor oficial le permitiría al primer PHEV del mundo obtener la etiqueta CERO de la DGT en España. La batería se podía recargar en una toma eléctrica de 230 V en unas siete horas, además de hacerlo durante las deceleraciones y cuando el motor de gasolina hacía girar al motor eléctrico más pequeño, de 34 CV.
Se vendieron 48 unidades
Otra característica del F3DM es que tenía un panel en el techo que permitía recargar la batería con energía solar. Cuando la batería se agotaba, el motor de gasolina se ponía en marcha, haciendo girar el motor eléctrico más pequeño para que funcione como generador y recargue la batería, añadiendo así 450 kilómetros de autonomía adicionales.
A diferencia de otros vehículos híbridos enchufables que se comercializaban en España en ese momento, como el Opel Ampera, el conductor podía elegir si quería circular en modo eléctrico (siempre que la batería tuviese energía) o en modo híbrido.
El equipamiento del primer híbrido enchufable incluía de serie elementos como doble airbag, climatizador, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, tapicería de símil piel y volante de cuero.
El BYD F3DM tenía un precio en España de 28.550 euros cuando se lanzó en 2011, una cifra que hoy nos parecería normal, pero en aquella época era bastante elevada. Aunque era comprensible, al ser una tecnología novedosa. Cuando se lanzó en 2006 en su mercado local, sólo se vendieron 48 unidades.
Conoce cómo trabajamos en Autobild.
Etiquetas: Coches híbridos enchufables, Coches chinos