Es uno de los casos de caza de brujas más famosos de la historia. Mencionar el nombre de Salem evoca, de inmediato, la imagen de un pueblo presa de la histeria colectiva. Los juicios contra las supuestas brujas de Salem que sucedieron en 1692 ya forman parte del imaginario cultural de los Estados Unidos. Dejando a un lado su presencia icónica en el cine y la ficción, son recordados como uno de los episodios más tenebrosos de la historia colonial norteamericana.
Hoy, la historia reconoce la injusticia de aquella persecución que, además de llevar a la cárcel a muchos inocentes, condenó a muerte a veinte personas. La convicción por brujería y la ejecución capital a menudo impedían que el reo pudiera ser enterrado en tierra consagrada. Dar una sepultura decorosa a los restos mortales podría restituir la memoria de las víctimas, pero ¿conocemos el paradero de sus cuerpos? ¿Qué destino padecieron los cadáveres de los ejecutados? Te presentamos los últimos datos históricos sobre la cuestión.
Los motivos que impulsaron la caza de brujas en Salem
La caza de brujas fue un fenómeno de gran alcance que afectó tanto a los territorios europeos como norteamericanos entre los siglos XV y XVII, aproximadamente. Atendiendo a los documentos procesuales conservados y al gran alcence de las oleadas de pánico, se estima que decenas de miles de personas, en gran parte mujeres, perdieron la vida a manos de los tribunales.
En los factores que explican los motivos de tal persecución se conjugan las tensiones sociales y políticas, los prejuicios de género, las dificultades económicas y el celo religioso, con un papel protagonista jugado por la Reforma Protestante. La misma Reforma, de hecho, que empujó que aquellos que habrían de convertirse en pioneros americanos abandonaran la vieja Europa para buscar un edén lejos de la corrupción papista.
Los puritanos cruzaron el Atlántico con la intención de instalarse en una nueva tierra en la que practicar la rectitud moral y religiosa. Aun así, pervivía la creencia de que el diablo podía intervenir en los asuntos humanos. Por ello, era necesario prevenir el mal y sus tentaciones. Cuando, en 1692, algunas muchachas de Salem comenzaron a comportarse de manera alarmante, lanzando gritos y sufriendo convulsiones inexplicables, los ciudadanos de Salem sospecharon de que estaban siendo víctimas de brujería. Las acusaciones en cadena, unido al recelo hacia algunas mujeres marginales de la comunidad, como la esclava Tituba y la mendiga Sarah Good, hicieron el resto.
Entierros deshonrosos: el destino de los cadáveres
Las ejecuciones de las condenadas se llevaron a cabo entre los meses de junio y septiembre de ese fatídico año de 1692. Poco pudieron las voces opositoras del ministro Increase Mather y del gobernador William Phips para impedirlas. Los registros dan cuenta de 20 muertos: 19 personas fueron ahorcadas y solo una de ellas, Giles Corey, murió aplastada mientras lo torturaban para lograr su confusión.
Aunque se suele asociar el ajusticimiento de los acusados de brujería con la quema en la hoguera, en Salem se recurrió a la horca. Esto se explica por los usos del sistema penal inglés, que prediligía la soga a la hora de dar la pena capital. Al utilizar el sistema de la caída corta o short drop, el reo sufría una muerte lenta por asfixia en lugar de por dislocación del cuello.
El lugar elegido para las ejecuciones fue Gallows Hill. Se supone que los cuerpos no recibieron sepultura o, si lo hicieron, fueron inhumados en fosas comunes o en tumbas desprovistas de lápida en las cercanías de la colina. Proscritos a una tumba sin nombre, se les prohibía el derecho a la memoria.
Según algunas leyendas orales que comenzaron a circular, algunas familias recuperaron los cuerpos de sus familiares ahorcados para darles debida sepultura. Es lo que se afirma de Rebecca Nurse, una mujer de 71 años que, a pesar de gozar del respeto de buena parte de la comunidad, fue condenada a muerte por brujería. Se cree que la familia de la difunta desenterró el cadáver de la fosa en terreno sin consagrar y lo inhumó en la tumba familiar, que actualmente se encuentra en el cementerio privado Nurse Homestead en Danvers, Massachusets.
Se especula que el cuerpo del reverendo George Burroughs, otra de las víctimas, también pudo haber sido rescatado por su familia. La mayoría de los cadáveres, sin embargo, probablemente no fueron rescatados por vergüenza o por miedo a futuras represalias. Las brujas, como los suicidas, no tenían derecho a recibir un entierro digno en suelo consagrado. Hacerlo implicaba contrariar los dictámenes de la iglesia, lo que podía conllevar ulteriores enfrentamientos con la justicia.
El lugar de la ejecución: ¿una posible pista?
Durante siglos, los historiadores no han sabido identificar el punto exacto de Gallows Hill en el que se ajustició a las inocentes. En 2016, la investigación liderada por el profesor Adamson Baker de la Salem State University y por el Archaeological Institute of America identificó en Proctor’s Ledge el verdadero lugar de las ejecuciones, siguiendo una hipótesis que el historiador Sidney Perley ya había propuesto en 1921.
Aunque la ulterior prospección y los análisis del terreno no han permitido localizar, todavía, huesos humanos en Proctor’s Ledge, esta identificación acota el terreno de búsqueda. La ausencia de documentación precisa sobre los lugares concretos en los que se enterró a los acusados dificulta la tarea de los historiadores. Mientras que las autoridades registraban y documentaban por escrito los bautismos, los matrimonios y las defunciones, las inhumaciones de las víctimas de Salem, por su carácter anómalo, no se archivaron.
A estos impedimentos hay que sumar que el paso del tiempo y las condiciones atmosféricas han borrado muchas evidencias arqueológicas, mientras que el creciente urbanismo ha comprometido el acceso a áreas relevantes para la investigación. Con todo, no hay que descartar que nuevas prospecciones del terreno proporcionen datos significativos sobre el destino que sufrieron las víctimas de los juicios de Salem.
Referencias
- Boyer, P.; S. Nissenbaum. 1974. Salem Possessed: The Social Origins of Witchcraft. Harvard University Press.
- Demos, J. 2004. Entertaining Satan: Witchcraft and the Culture of Early New England. Oxford: Oxford University Press.
- Hill, Frances. 2000. The Salem Witch Trials Reader. Boston: Da Capo Press.
- Rosenthal, Bernard. 1995. Salem Story: Reading the Witch Trials of 1692. Cambridge: Cambridge University Press, 1995.