Este Dodge Challenger, que actualmente está a la venta, ha perdido la carrocería y, en su lugar, hay una estructura tubular que lo convierte en una especie de buggy. El coche tiene un motor V6 y el autor de esta creación ha mantenido casi todos los detalles intactos.
La carrocería del coche no solo sirve para que un vehículo luzca bonito. También tiene la función de salvaguardar todos los componentes del vehículo e incluso de proteger a los ocupantes en caso de accidente de tráfico. Por último, aunque no por ello menos importante, también sirve cobijo ante las inclemencias meteorológicas.
Por eso, eliminar la carrocería del coche y reemplazarla por tubos no parece una buena idea. No al menos de que se trate de un coche de carreras o un vehículo diseñado para un derbi de demolición, aunque en este último caso, será necesario que el exoesqueleto sea más resistente que la carrocería original del vehículo.
Este Dodge Challenger de 2009 tiene un exoesqueleto en lugar de carrocería
Esto nos lleva directamente al Dodge Challenger que protagoniza este artículo, una unidad del año 2009 a la que su propietario, por alguna razón, le ha retirado la carrocería y, en su lugar, ha instalado una especie de jaula exterior que recree las formas del exterior del muscle car.
Lo único que ha conservado de su carrocería son los faros, la entrada de aire del capó y los espejos retrovisores. Bajo el capó (o lo que era el capó) se esconde un motor V6 de 3.6 litros que procede de un Challenger de 2018. En este caso, tiene algo más de 300 CV de potencia y 360 Nm de par motor.
El bloque está ligado a una caja de cambios automática de ocho velocidades que procede del vehículo donante, la cual se encarga de transmitir toda la potencia del motor de seis cilindros a las ruedas traseras.
En el interior también parece que hay muchos cambios. Tanto el salpicadero como los componentes auxiliares provienen de un Dodge Challenger de 2019, incluyendo el volante y la consola inferior. Llamativa la forma en la que ha conservado el mecanismo de los elevalunas, que ya no existen, y el control que regula los espejos retrovisores eléctricos.
El maletero parece funcional, aunque ya no hay puerta que abrir, por lo que se asemeja más a una camioneta que a un muscle car. También vemos que el propietario ha conservado el tapón de llenado del depósito de combustible y la antena con forma de aleta de tiburón, que ahora está ubicada en lo que un día fue la bandeja posterior, junto a dos grandes altavoces.
Más allá de lo loco que parece esta creación, he de reconocer que la construcción es de gran calidad y que seguro que al autor le ha llevado mucho tiempo de trabajo doblar y soldar los tubos de forma que, a simple vista, el coche sea fácilmente identificable como un Dodge Challenger.
Si te ha llamado la atención y quieres un Challenger con carrocería tipo buggy, te interesa saber que el vehículo está actualmente a la venta a través de Facebook Marketplace. Se ubica en Georgia, Estados Unidos, tiene 78.000 millas (125.500 kilómetros) y el propietario pide 14.900 dólares por él, unos 13.300 euros según el tipo de cambio actual.
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Etiquetas: Coches deportivos
