Algunos, entre los que se incluye la Unión Europea, critican los coches híbridos enchufables por ser vehículos que en conducción real no son tan eficientes. Sin embargo, estos sistemas de propulsión son una excelente alternativa al vehículo eléctrico si sabes cómo sacar provecho de su tecnología.
Los coches híbridos se presentan como una alternativa a medio camino entre los vehículos de combustión tradicionales y los coches eléctricos puros. Equipan sistemas de propulsión que combinan lo mejor de dos mundos, un motor térmico que ofrece autonomía y potencia, y un propulsor eléctrico alimentado por batería que permite circular libre de emisiones y sin consumir combustible.
Mientras que los híbridos no enchufables e híbridos ligeros son una de las opciones más buscadas en el mercado, especialmente en España porque brindan acceso al distintivo ambiental ECO de la DGT, los coches híbridos enchufables viven en un limbo. Son una alternativa muy buena a los eléctricos puros, pero también se han convertido en el foco de muchas críticas.
Los híbridos enchufables, objetivo de los más detractores
A grandes rasgos, la diferencia entre un híbrido y un híbrido enchufable radica tanto en la potencia del motor/motores eléctricos como en la capacidad de la batería, que obtiene su carga, entre otros, a través de un enchufe, como en un coche eléctrico, aunque con menores tiempos de recarga dado que estas baterías tienen menos capacidad energética.
Esta tecnología de propulsión ha permitido desarrollar coches capaces de homologar medias de consumo inferiores a 1,0 l/100 km y con autonomías en modo eléctrico que ya superan los 100 kilómetros por carga. Además, por sus características cuentan con el distintivo ambiental Cero Emisiones, están bonificados y se contemplan dentro de las ayudas oficiales a la compra del Plan MOVES III.
Sin embargo, son muchos (entre ellos, la Unión Europea) que critican la idoneidad de esta tecnología. Algunos, incluso, abogan por acabar con los coches híbridos enchufables.
Y es que está demostrado, con estudios que lo respaldan como este informe publicado por la Comisión Europea en marzo de este año, que las medias de consumo homologadas son inalcanzables en conducción real, lo que incrementa las emisiones de partículas contaminantes y, por tanto, elimina la parte eficiente de este tipo de vehículos.
Como demuestra el estudio de la Comisión Europea, los coches híbridos enchufables son más pesados (2.021 kilos de media) que los vehículos con motores de combustión tradicionales (1.554 kilos). A esto hay que sumar la enorme diferencia existente entre los consumos homologados según el protocolo WLTP y los que se obtienen, de media, en el mundo real.
El estudio indica que el conjunto de los coches híbridos enchufables homologa 1,69 l/100 km de consumo medio oficial. Mientras tanto, en el mundo real esta cifra aumenta hasta los 5,94 litros, lo que se traduce como un incremento de más del 350%.
Lo mismo ocurre con las emisiones de CO2. Según el estudio, la media del conjunto de vehículos híbridos enchufables es de 39,6 g/km, mientras que en conducción real esa media llega a los 139,4 g/km, un 352% más.
¿Cuál es el motivo de esta enorme diferencia entre consumo y emisiones homologadas, y las obtenidas en conducción real?
Todo se puede resumir en no aprovechar al máximo el potencial del sistema de propulsión híbrido enchufable. Al conducir con la batería descargada haciendo uso tan solo del motor diésel o de gasolina en un coche más pesado que su homólogo de combustión, esto dispara tanto el consumo como las emisiones.
Si un coche eléctrico requiere planificación para evitar quedarte tirado por falta de carga en la batería, en un híbrido enchufable también es necesario tener en cuenta que la batería necesitará cargarse más frecuentemente para reducir al máximo el tiempo en el que circulamos usando el motor de combustión.
Un error común es comprar un híbrido enchufable para realizar largos viajes por carretera. Este tipo de vehículos son más eficientes cuando se realiza una conducción urbana, donde se puede aprovechar mejor la autonomía en modo eléctrico.
Con esto no digo que no sea posible viajar con un Plug-in Hybrid, pero es obligatorio tener en cuenta que, sin carga eléctrica en la batería y en un coche con un extra de peso cortesía de todos los componentes adicionales que equipa su sistema de propulsión, el consumo de combustible será mayor si circulamos solo con el motor térmico.
Por tanto, aunque los coches híbridos enchufables están siendo el foco de muchas críticas últimamente, su tecnología es recomendable para un tipo muy concreto de conductor, ese, por ejemplo, que circula a diario por ciudad y que de vez en cuando realiza algún viaje largo por carretera.
Si bien esto es posible hacerlo con la mayoría de coches eléctricos que hay en el mercado, para aquellos compradores que no están del todo seguros en dar el salto a esta tecnología, los híbridos enchufables son una excelente elección que, por otro lado, permite retirar de la circulación coches antiguos con motores de combustión menos eficientes.