El cáncer sigue siendo uno de los desafíos más imponentes de la medicina moderna, y la detección temprana representa un factor crucial para mejorar los resultados de los pacientes. Cuanto antes se detecte el cáncer, más probabilidades habrá de que el tratamiento tenga éxito. Ahora, un avance importante desarrollado por científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido), podría permitir detectar el cáncer siete años antes de lo que se hace actualmente. Y lo mejor es que sería mediante un simple análisis de sangre.
Una de las peculiaridades del cáncer es que no es una enfermedad única, sino un conjunto de ellas, que tienen en común el provocar un crecimiento celular descontrolado y la capacidad de invadir otros tejidos. Existen muchos tipos de cánceres: más de 100 y cada uno de ellos cuenta con sus características y comportamiento únicos. Esta heterogeneidad no se da ‘solo’ dentro del mismo tipo de cáncer, sino que incluso dentro del mismo puede haber una variabilidad genética y celular significativa. Todos estos factores lo único que hacen es complicar el desarrollo de pruebas y marcadores de detección universales, haciendo de la detección temprana un desafío monumental para la medicina.
Revisando las proteínas
Abordar los desafíos de la detección temprana del cáncer requiere un enfoque multidisciplinario que combine avances en biología, tecnología y práctica clínica. Ahora, dos estudios financiados por Cancer Research UK han descubierto proteínas en la sangre que podrían alertar sobre el cáncer mucho antes de que lo permita el diagnóstico actual. Los investigadores estudiaron muestras de sangre de más de 44.000 personas en el Biobanco del Reino Unido, incluidas más de 4.900 personas a las que posteriormente se les diagnosticó cáncer.
Luego, analizaron meticulosamente las proteínas en aquellos pacientes a los que más tarde se les diagnosticó cáncer y en aquellos que permanecieron libres de la enfermedad. Utilizaron una poderosa técnica llamada proteómica que les permite analizar un gran conjunto de proteínas en muestras de tejido en un solo momento, para ver cómo interactúan entre sí y encontrar diferencias importantes en las proteínas entre distintas muestras de tejido. Este análisis comparativo reveló un descubrimiento sorprendente: identificaron un total de 618 proteínas que estaban estrechamente asociadas con 19 tipos diferentes de cáncer. Estos tipos incluían algunas de las formas más prevalentes y mortales, como el cáncer de colon, el cáncer de pulmón, el linfoma no Hodgkin y el cáncer de hígado.
Riesgo de enfermedad
Según los expertos, un conjunto de proteínas podrían estar implicadas en las primeras etapas del cáncer, lo que haría que pudiera prevenirse la enfermedad, al utilizarse para detectar el cáncer mucho antes de lo que es posible actualmente.
Los hallazgos del estudio son particularmente significativos porque abarcan una amplia gama de tipos de cáncer. El cáncer de colon, por ejemplo, es el tercer cáncer más común en todo el mundo y a menudo se detecta en una etapa avanzada debido a la falta de síntomas tempranos. El cáncer de pulmón sigue siendo la principal causa de muertes relacionadas con el cáncer, y la causa es porque suele diagnosticarse bastante tarde. El linfoma no Hodgkin y el cáncer de hígado, como otros ejemplos detectados en los dos estudios, también son conocidos por sus complejidades y altas tasas de mortalidad.
De la misma forma, la investigación, que ha sido publicada en la revista Nature Communications, también encontró 107 proteínas asociadas con cánceres diagnosticados más de siete años después de que se tomó la muestra de sangre del paciente y 182 proteínas que contaban con una poderosa asociación con un diagnóstico de cáncer en un período de tres años.
“Ahora contamos con tecnología que puede observar miles de proteínas en miles de casos de cáncer, identificando qué proteínas tienen un papel en el desarrollo de cánceres específicos y cuáles podrían tener efectos comunes a múltiples tipos de cáncer”, comenta Ruth Travis, autora principal de sendos estudios.
En la segunda investigación, los expertos examinaron datos genéticos de más de 300.000 casos de cáncer para profundizar qué proteínas sanguíneas estaban involucradas en el desarrollo del cáncer. Hallaron 40 proteínas en la sangre que influían en el riesgo de que una persona padeciera hasta nueve tipos diferentes de cáncer.
Aunque los investigadores apuntan a que es necesaria mucha más investigación, sí que están de acuerdo que algunas de estas proteínas podrían usarse para detectar el cáncer con antelación y quién sabe si abrir nuevas vías de tratamiento. Es necesario determinar qué papel llevan a cabo estas proteínas en el desarrollo del cáncer, cuáles son las más confiables para realizar pruebas, qué pruebas podrían desarrollarse para detectar las proteínas y qué medicamentos serían los más idóneos para los tratamientos. Es un pequeño pero sólido paso en la dirección más esperanzadora para todos esos millones de personas que se enfrentan o van a enfrentarse al cáncer. ¿Podríamos prevenir el cáncer con medicamentos dirigidos a proteínas específicas? Algo que antes se consideraba imposible, ahora parece plausible.
Referencias:
- Papier, K., Atkins, J.R., Tong, T.Y.N. et al. Identifying proteomic risk factors for cancer using prospective and exome analyses of 1463 circulating proteins and risk of 19 cancers in the UK Biobank. Nat Commun 15, 4010 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-024-48017-6