La Unión Europea ha aprobado la ley del «derecho a la reparación» que obligará a los fabricantes a arreglar un producto, incluso si ha agotado la garantía legal.
Ciertas reparaciones de algunos vehículos pueden tener un coste elevado. Esto no se debe únicamente a la mano de obra, la disponibilidad de las piezas o el precio de los recambios. La Unión Europea pretende darle la vuelta a la frase «sale más barato comprar uno nuevo que arreglarlo» y ahora será más fácil y económico reparar un coche.
El Parlamento Europeo ha dado luz verde a una normativa que obliga a los fabricantes a reparar los productos y ofrecer repuestos. Los fabricantes de móviles, coches y electrodomésticos tendrán que prepararse para algunos cambios.
La ley se ha aprobado por mayoría absoluta con 584 votos a favor, 3 en contra y 14 abstenciones y entrará en vigor en los próximos meses. Los Estados miembro tendrán un plazo máximo de dos años para aplicar esta normativa.
La Unión ha reconocido el «derecho a reparar» un producto incluso cuando ha expirado la garantía legal. El organismo asegura que las marcas y los talleres tendrán que ofrecer una alternativa a la compra «en un plazo y por un precio razonable».
Esta normativa introduce un nuevo tipo de garantía que se suma a la ofrecida por el fabricante: la garantía de calidad. El sistema ofrece cobertura de hasta un año más, lo que pretende incentivar a los consumidores a reparar el artículo en lugar de comprar uno nuevo.
Los consumidores europeos podrán solicitar un dispositivo de sustitución mientras el suyo está siendo reparado o elegir un producto similar de segunda mano si no es posible la reparación. Otro reto de la Unión Europea es luchar contra la obsolescencia programada tan popular en algunas industrias.
Los fabricantes de coches se preparan para los cambios
La Comisión Europea estima que los consumidores han gastado unos 12.000 millones de euros en la compra de productos nuevos cuando los antiguos tienen reparación. La industria automotriz es una de las más contaminantes y las marcas están investigando cómo reutilizar algunos componentes.
Las baterías de los coches eléctricos actuales supondrán un problema en los próximos años. La UE calcula que en 2030 habrá cerca de 147.000 unidades que tendrán que repararse o reciclar eficientemente. La legislación de los próximos años apunta a la promoción de modelos con módulos extraíbles más sencillos de reparar.
La Unión Europea creará un formulario de ayuda a los consumidores que les permitirá evaluar y comparar los servicios de reparación. Esta plataforma conjunta contará con secciones para cada país miembro donde recogerá los talleres de reparación locales, vendedores de reacondicionados y compradores de coches de segunda mano.
No podrán impedir el uso de sus piezas o impresos 3D
La medida pretende acabar con el monopolio de reparaciones de algunas marcas. Esta ley prohibirá a los fabricantes impedir el uso de sus repuestos de segunda mano o impresos en 3D. Las marcas y los talleres de reparación no podrán negarse a arreglar un producto únicamente por razones económicas o porque ha sido reparado por terceros previamente.
Cada país miembro tendrá que aplicar sus propias medidas para promover la reparación de vehículos con descuentos o ayudas, crear campañas de información, apoyar a los centros de reparación comunitarios o desarrollar cursos.
Algunos fabricantes que apuestan por la exclusividad de sus piezas como Tesla o Apple serán los mayores afectados por esta normativa.