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sábado, noviembre 23, 2024

El pueblo español que esconde una ciudad romana desconocida

En La Mancha se encuentra Segóbriga, un espectacular tesoro arqueológico que guarda los secretos de un pasado romano. Este parque arqueológico, situado en Saelices, Cuenca, es reconocido como uno de los yacimientos más completos y mejor conservados de la península ibérica. A través de sus imponentes ruinas —teatro, termas, anfiteatro y foro—, Segóbriga ofrece una ventana única al esplendor urbano y la vida cotidiana de la Hispania romana. Su valor histórico y cultural continúa atrayendo a investigadores y conservacionistas, comprometidos con el estudio y la preservación de su rica herencia para futuras generaciones.

Restos del teatro romano de Segóbriga. Wikimedia.

El origen romano de Segóbriga

Segóbriga, inicialmente un asentamiento celtíbero, se transformó en una floreciente ciudad romana alrededor del siglo II a.C., tras la conquista romana de la península. Estratégicamente ubicada en el cruce de importantes vías terrestres que conectaban el valle del Ebro con la Bética y la Lusitania, Segóbriga se erigió como un vital nodo comercial y administrativo en la Celtiberia. Su desarrollo alcanzó un punto álgido bajo el gobierno de Augusto, cuando fue promovida a municipium, disfrutando de autogobierno y exenciones fiscales.

El corazón económico de Segóbriga latía fuerte gracias a sus ricas minas de lapis specularis, un yeso cristalizado utilizado como cristal de ventana en la Roma antigua. Esta industria no solo potenció la economía local, sino que también colocó a Segóbriga en el mapa como un centro crucial para el comercio de minerales, contribuyendo significativamente a su prosperidad y expansión urbanística.

Descubriendo la Hispania romana

El redescubrimiento moderno de Segóbriga comenzó en el siglo XIX, cuando los arqueólogos empezaron a explorar sistemáticamente el sitio, revelando gradualmente las capas de su rica historia. La excavación cobró un impulso significativo a finales del siglo XX, cuando se priorizaron esfuerzos para desenterrar y preservar sus estructuras más emblemáticas, como el teatro, el anfiteatro y el foro.

Estas campañas arqueológicas han sido cruciales para entender la planificación urbana y la arquitectura de las ciudades romanas en la península ibérica. Los hallazgos de Segóbriga han proporcionado ejemplos excepcionales de elementos urbanos como sistemas de abastecimiento de agua y edificaciones públicas, que ilustran la avanzada ingeniería romana y su impacto en la sociedad y la economía locales. Estos descubrimientos han enriquecido significativamente nuestra comprensión de cómo se organizaba y vivía en estas ciudades, contribuyendo al conocimiento global del legado romano en Europa.

Anfiteatro de Segóbriga. robertonencini / iStock

¿Qué restos romanos conserva?

Al adentrarse en el Parque Arqueológico de Segóbriga, el visitante comienza su viaje en el tiempo desde el Centro de Interpretación, donde las piezas originales y las reconstrucciones virtuales anticipan las maravillas por descubrir. El camino se despliega hacia el imponente acueducto, con sus arcos aún desafiando el tiempo, susurrando historias de ingeniería y vida cotidiana romana.

El recorrido lleva luego a la majestuosa necrópolis y la basílica visigoda, donde el eco de los pasos parece mezclarse con voces ancestrales. Al aproximarse al teatro, el visitante puede casi oír los aplausos y sentir la emoción de las antiguas festividades; sus gradas semicirculares ofrecen una vista impresionante del valle, escenario natural que realza la magnificencia del espectáculo arqueológico.

Caminando hacia el foro, corazón cívico y comercial de la ciudad, se revelan las columnatas y los pavimentos que en su día acogieron mercaderes y políticos. Cerca de allí, las termas, con sus mosaicos y estructuras de baño, evocan imágenes de relajación y encuentros sociales.

El anfiteatro, con su arena ovalada y gradas escalonadas, transporta a los visitantes a tiempos de gladiadores y espectáculos públicos, vibrando con la energía de 5500 espectadores. Este recorrido, enriquecido por detalles sensoriales y narrativos, no solo enseña, sino que revive el esplendor de Segóbriga, invitando a imaginar la vida en una ciudad romana en su apogeo.

Las termas de Segóbriga. Wikimedia

¿Cómo era la vida en la Segóbriga romana?

La vida cotidiana en Segóbriga se refleja en los artefactos y estructuras residenciales descubiertos, que sugieren una comunidad vibrante con una rica vida social y económica. Las termas, con sus intrincadas instalaciones para baños públicos, indican la importancia del ocio y la higiene. Los foros y las basílicas no solo servían como centros administrativos y comerciales, sino también como espacios de encuentro social y cultural. Las monedas y herramientas mineras halladas subrayan la actividad económica centrada en la explotación de lapis specularis. Estos elementos, junto con las viviendas y espacios públicos, nos dan una visión integral de la vida en una ciudad romana próspera.

El Parque Arqueológico de Segóbriga se ha beneficiado de continuos esfuerzos de conservación, enfocados en preservar y restaurar sus monumentales restos para futuras generaciones. Estos esfuerzos van de la mano con su función educativa y cultural, proporcionando un recurso invaluable para el estudio y la apreciación del legado romano. El turismo desempeña un papel crucial en estos objetivos, fomentando una apreciación más profunda de la historia a través de visitas guiadas y actividades didácticas que ilustran la importancia de Segóbriga en la historia antigua. Así, el parque no solo conserva el pasado, sino que también educa e inspira a los visitantes de hoy.

Busto de Agripina la Mayor hallado en Segóbriga. José Luis Filpo Cabana / Wikimedia

Segóbriga representa un eslabón vital en la cadena de la historia romana en España, ofreciendo una perspectiva única sobre la ingeniería, cultura y vida cotidiana de la época. Al explorar este yacimiento, los visitantes viajan al pasado romano y adquieren un profundo entendimiento de las raíces históricas que han moldeado nuestra civilización.

Referencias:

  • Almagro Gorbea, M. y Abascal Palazón, J. M. 1999. Segóbriga y su conjunto arqueológico. Real Academia de la Historia.
  • Lillo Redonet, F. 2010. Un salmantino en Segóbriga. Ediciones Clásicas.

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