Con casi 200 CV, un diseño deportivo y buen equipamiento, el Hyundai Kona 1.6 T-GDI N-Line tiene mucho que ofrecer. Ya lo hemos probado.
El Hyundai Kona de segunda generación ha crecido considerablemente. Con casi 15 centímetros más de longitud (ahora 4,35 metros), compite ya en la misma categoría que el Seat Ateca y el Toyota Corolla Cross, ubicándose entre el Bayon y el Tucson en la gama de los SUV de Hyundai.
Diseño
Tanto por fuera como por dentro, el Kona, un europeo construido en la República Checa, tiene una apariencia similar a la de un coche eléctrico. Incluso la palanca de cambios recuerda a la del Volkswagen ID.3.
La posición de conducción es típicamente alta en un SUV: 28 centímetros por encima del suelo en la parte delantera (64 centímetros sobre el asfalto) y 30 centímetros en la trasera. Aun así, el espacio para la cabeza en la segunda fila es suficiente para pasajeros de hasta 1,90 metros de altura. El ángulo de inclinación del respaldo es ajustable en dos posiciones.
La línea inclinada del techo reduce un poco el volumen del maletero, pero los 1.300 litros de capacidad máxima con los respaldos plegados contribuyen a esa sensación de practicidad y adecuación para la familia de un coche de este tipo.
Comportamiento
La versión N-Line que probamos tiene una configuración deportiva que implica una cierta rigidez básica, sin llegar a ofrecer la dinámica de conducción de un verdadero modelo N de la marca.
Con todo, la suspensión no absorbe bien las irregularidades de la carretera con las llantas de 18 pulgadas (16 en la versión base), transmitiendo bruscamente baches y tapas de alcantarilla a los ocupantes. El motor turbo de 1,6 litros no se siente como si tuviera 198 CV, pero tiene una buena respuesta, y transmite solidez.
La transmisión automática de doble embrague de siete velocidades cambia suavemente en general, pero puede provocar una ligera sacudida en situaciones de arranque en semáforos o desplazamiento a baja velocidad.
Plástico duro para ahorrar peso
El interior, compuesto exclusivamente de plástico duro, ayuda a reducir el peso, pero lamentablemente no contribuye mucho al aislamiento acústico.
SI lo tuyo es salir del asfalto de vez en cuando, este SUV no es el vehículo adecuado. Con solo 155 milímetros de distancia al suelo bajo el escape, ni siquiera deberías intentar caminos forestales.
El consumo en la prueba ha sido moderado para un SUV de gasolina con esta potencia: 7,8 litros por cada 100 kilómetros.
Interior
El manejo a través de diales para el audio y botones físicos para el control del clima, el ESP, la función de apagado automático del motor en pendientes, y la calefacción y ventilación de los asientos es sencillo y eficaz.
Nuestro coche de prueba, con transmisión automática y tracción en las cuatro ruedas, incluye un paquete con asientos ventilados en cuero y Alcántara, calefacción en los asientos traseros y el monitor de punto ciego recomendado, que realmente ayuda a ver los carriles bici al girar mejor que el simple chequeo de los espejos retrovisores.
Factores para decidir la compra
La segunda generación del Kona tiene un formato práctico y adecuado para familias, pero en la versión de tracción en las cuatro ruedas que probamos con equipamiento N-Line es cara, y eso no cuadra con el plástico duro del interior. La suspensión es demasiado dura.
Lo mejor
Motor potente, buen equipamiento, buena practicidad, consumo moderado.
Lo peor
Mucho plástico duro en el interior… como dura es la suspensión en esta versión.