La guerra de litio se ha recrudecido en estos últimos años ante la demanda cada vez mayor de coches electrificados que utilizan este elemento en sus baterías. China es el país que concentra la mayor producción y exportación de baterías de litio, por lo que su dominio es claro tanto para el sector del automóvil como para la economía mundial.
Si tratas de estar al día de lo que sucede en el mercado del automóvil habrás escuchado alguna vez hablar de baterías de litio. No es de extrañar, ya que es parte esencial del sistema de propulsión de cualquier coche electrificado que puedes encontrar actualmente en un concesionario. Y todo parece apuntar a que así seguirá siendo en los próximos años, al menos.
Digo al menos porque, en el futuro, las baterías de litio empezarán a perder protagonismo en favor de otros tipos de compuestos para las baterías de coches eléctricos e híbridos, como pueden ser las emergentes baterías de sodio o, de lo que se lleva hablando ya muchos años, de las baterías en estado sólido que están llamadas a cambiar para siempre la movilidad eléctrica.
Sin embargo, mientras esperamos a que las baterías de sodio vayan ganando popularidad en la industria, y los fabricantes de coches y otras empresas afines a la industria automotriz siguen investigando y desarrollando las mencionadas baterías de estado sólido, la realidad se que el litio sigue siendo dominante en el mercado del automóvil, así como en la electrónica de consumo o la telefonía móvil.
La importancia del litio para el sector del automóvil
El conocido como ‘oro blanco’ es un elemento químico que destaca por su capacidad para almacenar energía, lo que lo convierte en un material muy apropiado para la creación de baterías para coches eléctricos.
Es el metal más ligero y el elemento sólido menos denso, pero también es un componente finito. Esto quiere decir que, aunque es moderadamente abundante, no es un recurso inagotable y la alta demanda puede mermar considerablemente unas reservas de litio que podrían durar unos 365 años, según explican desde Zschimmer & Schwarz.
Las mayores reservas de litio del planeta se encuentran en Chile, Australia y Argentina. El conocido como el ‘triángulo del litio’ concentra, en conjunto, casi 2 millones de toneladas métricas, según datos de 2023 recogidos por Statista.
El cuarto país con mayores reservas de litio es China, con 300.000 toneladas métricas de este elemento, lo que sitúa al país asiático por delante de Estados Unidos (110.000 toneladas) y Canadá (93.000 toneladas).
Resulta que las baterías son uno de los pilares económicos del crecimiento de la economía de China, país que a principios de este año 2024 anunciaba el descubrimiento de un depósito de litio de un millón de toneladas, lo que ha supuesto un verdadero espaldarazo para la economía china y seguir liderando en la guerra del litio.
China, el claro dominador de la carrera por el litio
Todo esto permite a China refinar aproximadamente el 50% del litio que se extrae en todo el mundo, el cual sustenta con sus propios depósitos, pero también con una fuerte dependencia del material alcalino que importan desde el exterior del país. Además, las empresas chinas realizan importantes inversiones en minas de litio de todo el mundo para garantizar su acceso a este elemento.
Al mismo tiempo, en el país asiático se produce alrededor del 80% de baterías al mundo y un 60% de las que acaban en coches eléctricos. El negocio de las exportaciones de baterías de litio, baterías de respaldo y vehículos de nueva energía superó el billón de yuanes (139.000 millones de dólares), según recoge South China Morning Post.
Con esta influencia y claro dominio de la mayor parte de la producción y exportación de baterías de litio, China juega un papel importante en el desarrollo del mercado del coche eléctrico mundial y de la economía a escala global.
Algunos expertos alertan de este control chino como una amenaza, ya que estas empresas podrían restringir el suministro en el futuro. Al mismo tiempo China está realizando inversiones en el ‘triángulo del litio’ para adquirir activos de este metal que le garantizan una posición preferente en toda la cadena productiva, informa El Economista.
Y todo esto en un escenario en el que la demanda mundial de baterías de litio pase de unos 700 GWh en 2022 a 4.700 GWh en 2030, según un estudio publicado por la consultora McKinsey.
Este aumento en la demanda previsto para esta década se debe a las políticas favorables a la electrificación del sector del automóvil que se dan en regiones tan importantes para el mercado automotriz como son Europa y Estados Unidos, donde se darán los mayores índices de crecimiento en los próximos años.
Por tanto, si China entra en conflicto con alguno de estos mercados, restringir el acceso al litio sería nefasto para los planes de electrificación del automóvil, ya que supondría un claro encarecimiento de estos vehículos y problemas de abastecimiento como los que hemos vivido estos últimos años a causa de la crisis de los microchips.
Queda por ver cómo van a evolucionar las alternativas a las baterías de litio en el futuro y qué sucederá con el claro control que ejerce China sobre el litio actualmente.