Parecen de ciencia ficción por sus altas prestaciones, algunos tienen una apariencia curiosa o un tamaño inusual y otros están tan anclados en el pasado que nos resulta increíble que no hayan evolucionado ni un ápice. Estamos hablando de los ojos de los animales, en muchísimas ocasiones diametralmente diferentes a los de los humanos y siempre fascinantes.
El tarsero, un curioso primate que habita en Indonesia, posee unos ojos enormes en comparación con su cuerpo. Ve excepcionalmente bien en la oscuridad y es un excelente cazador nocturno. No es casualidad y es que cuanto más grande sea el ojo y la córnea, mejor será el aprovechamiento de luz.
Otros animales que ven perfectamente en la oscuridad son los gatos. El tapetum lucidum es una capa de células situada en la retina o detrás de ella que funciona como un espejo, reflejando la luz que llega al ojo para mandarla a la retina y aprovechar al máximo la luz. Efectivamente, los ojos de los felinos están dotados de esta capa brillante. Podrás apreciarla cuando la mirada de tu gato parece relucir en la oscuridad.
Es curioso cómo existen animales que presentan una pupila horizontal y otros que la tienen vertical. La pupila horizontal guarda relación con la condición de presa del animal (cabra, ciervo, caballo) pues le permite captar más luz a derecha e izquierda y, por tanto, detectar a posibles depredadores. Estos últimos, por el contrario, suelen tener pupilas verticales, que son horizontalmente pequeñas y verticalmente grandes, con las que calculan las distancias, tienen visión estereoscópica, es decir, unen las imágenes que obtienen de cada ojo en una sola tridimensional, y nítida.
Sorprende también el hecho de que haya animales que dispongan de un tercer párpado, el gato, por ejemplo. Esta membrana, que puede ser transparente o translúcida, tiene la función de proteger el ojo y aportarle humedad sin por ello restar visibilidad.
A continuación, te enseñamos los increíbles ojos de 15 animales. Te adelantamos que vas a alucinar.
Tarsero
Este animal posee unos ojos enormes en comparación con su cuerpo, lo que lo convierte en un excelente cazador nocturno. Eso sí, no puede girarlos dentro de sus órbitas.
Camarón mantis
Los ojos del agresivo camarón mantis son formidables: pueden ver la luz ultravioleta, la infrarroja y la polarizada; detectan el color mejor que los humanos gracias a sus doce tipos de receptores; pueden moverse de forma independiente el uno del otro girando hasta 70 grados y la información visual no la procesa el cerebro sino los propios ojos.
Camaleón
Una de las características que más sorprenden de los ojos del camaleón es que pueden moverse independientemente el uno del otro. Sus párpados están fusionados y ven por el pequeño agujero situado en el centro. Su campo de visión alcanza los 360 grados.
Araña saltarina
La araña saltarina posee la nada despreciable cantidad de ocho ojos. Los situados de frente le proporcionan una visión estereoscópica (integran las distintas imágenes que reciben en una sola tridimensional) mientras que los que los alojados en los laterales completan un campo de visión de 360 grados.
Cocodrilo
La gran peculiaridad de los ojos de los cocodrilos se encuentra en la fóvea. Esta parte de la retina, que hace que veamos de forma más nítida, tiene forma de raya en estos reptiles, lo que les permite explorar sus alrededores sin tener que mover la cabeza. Estos animales duermen con un ojo abierto si presienten peligro o la presencia de un animal o un humano.
Cabra
Los ojos de las cabras tienen la peculiaridad de tener la pupila rectangular y estar situados a ambos lados de la cabeza. Sus curiosas pupilas dotan al animal de un amplio campo de visión, algo muy útil para detectar amenazas como los depredadores.
Avestruz
Lo más curioso de los ojos del avestruz es que son más grandes que su cerebro.
Búho
De todos es conocido que el búho es un ave nocturna. Sus grandes ojos situados de frente ven a la perfección en la oscuridad no así de cerca.
Gato
Los gatos poseen una vista privilegiada. Gracias al tapetum lucidum, una capa de células alojada detrás de la retina de sus ojos, pueden absorber más luz y ver muy bien en la oscuridad.
Gecko
Un estudio llevado acabo por científicos de la Universidad de Lund, en Suecia, concluyó que el ojo del gecko es 350 veces más sensible al color que el ojo humano.
Libélula
La libélula es dueña de unos ojos enormes, tan grandes que le cubren casi toda la cabeza. Sus ojos están compuestos por hasta 30.000 omatidios, unas unidades sensoriales de células fotorreceptoras. Su visión es excelente y especialmente sensible al movimiento.
Iguana
La iguana tiene el sentido de la vista muy desarrollado siendo capaz de detectar sombras, cuerpos y movimiento a gran distancia.
Pulpo
Los ojos de los pulpos, al igual que los de las cabras, poseen una pupila rectangular y un amplio campo de visión. También son capaces de controlar la cantidad de luz que reciben. Son algo miopes, eso sí.
Rana verde de ojos rojos
Esta rana de impactante mirada y llamativos colores habita en América, Colombia y México. Las impresionantes tonalidades de su cuerpo actúan como un faro que indica a los depredadores lo tóxica que es.
Caracol
Los ojos del caracol de tierra se encuentran al final de dos de sus tentáculos (los más grandes) y solo perciben el exceso de luz y la oscuridad.