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viernes, noviembre 29, 2024

El Libro de cortes de piedra de Vandelvira que nunca vió la luz

La catedral de Jaén, construida totalmente en piedra, se inscribe en la larga tradición de la arquitectura española, resuelta desde el punto de vista constructivo, mediante la técnica del arte de los cortes de piedra o estereotomía, como modernamente se definió a partir de la Ilustración en el siglo XVIII.

Este conocimiento empírico se transmitía, de forma un tanto secreta, en los talleres familiares de los maestros canteros a los que podían acceder aprendices ajenos que, una vez iniciados, solían adherirse al taller por lazos familiares.

La aplicación del corte de la piedra a los edificios civiles y religiosos de vocación monumental indica la estima social que se le tenía a este tipo constructivo frente al más popular, y en líneas generales más barato, de la albañilería.

Manuscritos de referencia para la arquitectura renacentista

Esta rica y larga tradición medieval se ve abocada a una renovación con la llegada de las formas clásicas del lenguaje del Renacimiento, caracterizado por la hegemonía de las superficies curvas, tanto en arcos como en bóvedas, que obligan a un despiece (las dovelas) que han de adoptar formatos diferentes para su adaptación a la curvatura.

Este proceso que exige unos conocimientos de geometría que intelectualizan la vieja profesión canteril y la elevan a un nivel que precisará de textos explicativos para su aprendizaje y difusión, rompiendo así el tabú del «perpetuo silencio» del pasado, como reconoce un célebre arquitecto de Jaén, Ginés Martínez de Aranda (1556-1620) en su manuscrito Cerramientos y trazas de monteas, que no sería impreso hasta 1986.

Anterior a este texto de Martínez de Aranda, es el que nos ocupa, Libro de cortes de piedra, del también giennense Alonso de Vandelvira (1544-1626), hijo del famoso Andrés de Vandelvira, de cuya experiencia y conocimiento se nutre este libro, que permaneció, de igual forma, manuscrito hasta su edición en 1972 por la investigadora Geneviève Barbé Coquelin del Lisle, realizado sobre una de las dos copias que se conocen, ya que el original está perdido.

Cerramientos y trazas de monteas de Martínez de Aranda y copia del Libro de cortes de piedra de Alonso de Vandelvira, de Felipe Lázaro de Goiti, conservada en la BNE. FOTO: ASC.

Una de ellas es la que se encuentra en la biblioteca de la facultad de Arquitectura de la Universidad Complutense, la más completa, que data de mediados del siglo XVII, realizada al parecer por Bartolomé Zumbigo (1620-1682), maestro mayor de la Catedral de Toledo, y de la que ha vuelto a realizarse una nueva edición en 2015.

La otra copia conocida, que conserva la Biblioteca Nacional, data de 1646 y es obra de Felipe Lázaro de Goiti (h. 1600-1653), que fue también maestro mayor de la Catedral de Toledo.

No sabemos la fecha del original perdido de Alonso de Vandelvira, aunque todo apunta que debió realizarlo en Sevilla, entre las décadas de 1580 y 1590, cuando trabajaba en el edificio de la Lonja, trazado por Juan de Herrera, como aparejador en 1589 a las órdenes del maestro mayor Juan de Minjares (1520-1599), al que sustituyó tras su muerte.

De este contacto surge la azarosa vida del manuscrito del Libro de cortes de piedra ya que, puesto en manos del arquitecto y colaborador de Herrera, Juan de Valencia (1530-1591), con la promesa de su edición en Madrid, nunca vio la luz, pero sí las copias o plagios de los que se hacía eco el tratadista fray Lorenzo de San Nicolás en su Arte y uso de la Arquitectura (1639 y 1665).

Lenguaje arquitectónico del Libro de cortes de piedra de Alonso de Vandelvira

Este tipo de libros, manuscritos en su mayor parte, proliferaron por Europa. En España, el Libro de cortes de piedra de Alonso de Vandelvira abrirá camino por su valor didáctico, centrado en el estudio concreto de los distintos modelos que forman parte de la nueva arquitectura renacentista, hasta completar un elenco de problemas en número de 126, solo superado por el libro de Ginés Martínez de Aranda, siendo uno de los más completos que se conocen en el ámbito europeo.

Para corroborar su vocación didáctica, cada ejemplo consta de una breve descripción escrita en un lenguaje de la profesión, muy gráfico y acompañado de los dibujos geométricos en los que las superficies curvas se desarrollan en plano horizontal.

Comienza el texto con un breve capítulo de «Definiciones de la traça de cortes», que atañe las figuras geométricas, los sillares o dovelas e instrumentos para la obtención de las plantillas necesarias para los cortes.

Arcos de medio punto y columnas estriadas en la logia de la portada sur de la Catedral de Jaén. FOTO: PARTAL.

Luego establece unos ocho capítulos en los que aborda otros modelos a estudiar, con diversas variantes: pechinas y trompas, arcos, troneras, capialzados, caracoles de escalera, capillas redondas, capillas cuadradas y triángulos; algunas de las variantes van referidas a obras realizadas por su padre.

Varios de los ejemplos que aparecen en el Libro de cortes de piedra de Alonso de Vandelvira pueden reconocerse en la Catedral de Jaén: «el arco avanzado en cercha», visible en la cripta, la «puerta en esquina o rincón», en las galerías altas, las bóvedas cuadradas por hiladas cuadradas y las «perlongadas» o rectangulares.

* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Interesante o Muy Historia.

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