Un café expreso no es exclusivo de las cafeteras automáticas. Aunque haya que añadirle un poco de azúcar. /
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Preparar el café perfecto en una
cafetera italiana es fácil si conoces los trucos infalibles que te ayudan a conseguirlo. Pero si eres de los que le gusta el café corto y bien intenso, tal vez la cafetera más conocida del mundo no es lo que necesitas. O sí, porque te vamos a contar cómo hacer un expreso con tu cafetera italiana con el método que
revoluciona internet de la mano de los que más saben. Eso sí, te tiene que gustar el café con algo de azúcar.
Porque en realidad no se trata de un expreso como mandan los cánones del
café de especialidad, sino de un café endulzado que, visualmente, parece un expreso. Y es que no solo de
lattes y capuchinos vive el fan del café que no es estrictamente solo y no hay nada como la tradición para enriquecer nuestros conocimientos cafeteros. Algo que nuestro paladar agradece y es una buena muestra de lo que nos gusta disfrutar de un
buen café.
Además, tampoco viene mal aprender a hacer nuevas propuestas con las que sorprender a nuestros invitados, si es que el
café solo ligeramente azucarado no es lo nuestro. Así es cómo puedes hacer un café espresso en tu cafetera italiana.
El secreto está en la cremina
Típico de Italia, y similar a lo que se conoce como el café cubano, el falso expreso de cafetera italiana sigue sus propias reglas y se diferencia en algunas cosas en los consejos que dimos aquí hace unos días. Especialmente al finalizar el proceso de elaboración del café. Pero antes de llegar ahí, preparamos un par de tazas, y necesitamos tener el
azucarero cerca. Mientras se hace el café, echamos un par de cucharaditas de azúcar en una de las tazas y esperamos a que el café comience a salir por la columna central del colector.
En ese momento, cuando el líquido haya comenzado a salir y se comience a manchar la superficie de la parte superior de la
cafetera, cogemos un par de cucharaditas del café intenso que ya ha salido y las vertimos sobre el azúcar que está en la taza. Devolvemos la cafetera al fuego, hasta que salga todo el café, y removemos el azúcar con las primeras gotas de café.
Es necesario hacerlo con brío, sujetando con fuerza con una mano la taza y realizando movimientos envolventes del azúcar y las gotas de café con la otra. Así el azúcar se diluirá y el color de la mezcla irá cambiando de marrón oscuro a marrón claro, resultando una crema una textura suave, de cierto espesor y visualmente similar a la de los expresos elaborados en máquinas automáticas llamada
cremina.
Cuestión de vista y de gusto
Una vez conseguida, servimos el café en la taza y le ponemos un par de cucharadas de la cremina, removemos el café y la cremina se situará, si tiene la densidad deseada, en la parte superior del líquido, simulando ser un
expreso de cafetera automática. Y ya está. Si nos ha sobrado cremina podemos dejarla en la taza, tapada con film en la nevera, para el café de la mañana siguiente.
Esta especie de trampantojo cafetero, que explica muy bien el profesional italiano del café afincado en Londres Matteo D’Ottavio en su canal de
Youtube, es ideal para aquellos que les guste el café solo con un punto de dulzor, aunque no es algo que esté bien visto en la comunidad cafetera. O para aquellos que quieren sorprender a sus visitas con una elaboración en cafetera italiana que no se ajusta exactamente a los cánones pero que merece la pena disfrutar.
A diferencia del café cubano en el que se inspira, este expreso con cafetera italiana es menos dulce y se puede elaborar con azúcar blanco, no moreno exclusivamente. Y es la
cremina la que se sirve sobre el café y no el café el que se echa sobre la mezcla de azúcar y las gotas más intensas de la extracción.