Claudia Pacheco
El conductor de un Subaru Outback no estaba contento con su compra y ha decidido pagarlo con el concesionario estrellando el vehículo contra el escaparate. El vídeo se ha hecho viral en redes sociales.
Un conductor de un Subaru Outback ha tenido una mala experiencia de compra con su nuevo vehículo de segunda mano y ha tomado una medida inesperada contra el concesionario: estrellar el coche contra el escaparate de cristal.
Los hechos han ocurrido el pasado lunes por la mañana en un concesionario de Mazda de la localidad de Sandy, en Utah, Estados Unidos. El conductor compró un Outback de tercera generación (2003-2009) de segunda mano, pero no estaba satisfecho con el vehículo.
El protagonista de la historia detectó unos problemas mecánicos graves que supuestamente el concesionario había ignorado. El conductor acudió al local con el coche con la esperanza de que le reembolsaran el dinero de su Subaru.
Los dueños del concesionario se negaron asegurando que el conductor conocía el estado del vehículo y debía haber leído las especificaciones del Outback. El hombre decidió tomarse la justicia por su mano y amenazó con destrozar el local.
El propietario del Subaru Outback cumplió su amenaza y entró con el vehículo por la puerta principal del concesionario. Los asistentes no dudaron en grabar la situación y el vídeo no ha tardado en hacerse viral en redes sociales.
Las grabaciones muestran el caótico momento en el que el Subaru atravesó la fachada de cristal del concesionario, destrozando las puertas y el área de recepción. Los empleados incluso temen por su vida y corren para ponerse a cubierto mientras el coche se dirigía hacia la sala de exposición destrozando todo lo que encontraba a su paso.
El conductor frenó en seco una vez dentro del edificio y salió del vehículo mientras insultaba al personal del concesionario. La policía no tardó en llegar al lugar de los hechos y detener al hombre por conducción temeraria.
La historia tiene un final feliz a pesar de los cientos de euros que tendrá que gastar el concesionario para reparar los desperfectos. El conductor no recuperará el dinero de su Outback después del incidente, pero por suerte no hay que lamentar heridos.
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